Dr. Miguel A. Márquez
Avian
Pathologist
International Poultry Health Consultant
México. 2013
Un inicio inesperado
El sábado 9 de junio del 2012, se empezaron a reportar altas
mortalidades en granjas de aves de postura en la densamente poblada área de
Acatic-Tepatitlán-Pegueros en Los Altos de Jalisco, región centro-occidental de
México. En esta zona geográfica existe una población de más de 70 millones de
gallinas ponedoras en pie, en un corredor lineal de aproximadamente unos 120 kilómetros,
entre las poblaciones de Tepatitlán y San Juan de los Lagos. El Estado de Jalisco
contribuye con el 55 % de la producción nacional de huevo y si Jalisco fuera
una nación, sería el décimo productor mundial de huevo.
El brote de Influenza Aviar tomó por sorpresa a los veterinarios
de campo y a los productores avícolas. En un principio el brote se diagnosticó
como cólera aviar, después como enfermedad de Newcastle y pocos días más tarde,
como era obvio, se hizo el diagnóstico de Influenza Aviar.
SENASICA, las autoridades sanitarias veterinarias mexicanas reportaron
la presencia de un virus exótico altamente patogénico Tipo A, Subtipo H7N3, a la Oficina Internacional
de Epizootias (OIE), el 21 de junio del 2013 y procedió inmediatamente a
establecer el Plan Nacional de Emergencia en Salud Animal (DINESA). Se organizó
rápidamente una zona de cuarentena alrededor de las granjas afectadas con
sacrificio inmediato de las parvadas infectadas y de aves no infectadas. A
continuación se estableció una Zona Focal de 9,531 kilómetros
cuadrados, una Zona Perifocal de 11,147 kilómetros
cuadrados y una Zona de Mitigación o Contención de 11,795 km. Además, se
implementó una vasta campaña de vigilancia epidemiológica activa dentro del
estado afectado, en los seis estados vecinos a Jalisco y en el resto del país.
El Ejército Mexicano tomó control de todas las carreteras y
caminos menores, para controlar y evitar todo tipo de movilización de animales
vivos, muertos y de productos y subproductos avícolas.
Un gran dilema
¡Vacunar o no vacunar!
A pesar de los enormes y vastos esfuerzos hechos, desafortunadamente,
el virus de Influenza Aviar continuó con su agresiva expansión durante los días
y semanas siguientes. Debido a esta desesperada situación, los productores
avícolas, los veterinarios especialistas en medicina aviar y los oficiales de SENASICA,
tuvieron que tomar la indeseada y amarga decisión de proceder a la vacunación
de todas las aves de las zonas afectadas, como una medida temporal y un procedimiento
de contención de la epizootia.
Una vacuna inactivada emulsificada en aceite, fue producida
con un virus de Influenza Aviar de Baja Patogenicidad A/H7N3, aislado en el 2006, a partir de patos (Anas cyanoptera) de los humedales del
Río Lerma, bajo una intensa presión de tiempo.
La campaña de vacunación
inicio el 26 de julio.
El miércoles 24 de octubre, el presidente Felipe Calderón,
anunció a la nación, que la emergencia veterinaria sanitaria provocada el virus
de IAAP A/H7N3, estaba bajo control.
Para esa fecha, el brote había costado la pérdida de 22.3
millones de aves muertas o sacrificadas con un costo de US$760 millones de
dólares, 160 millones de gallinas habían sido vacunadas y se habían perdido 7,688
puestos de trabajo
Virus impredecible y evasivo
Se pensó que habíamos ganado batalla, sin embargo, el invierno
arribó a México, y con él, llegaron las bajas temperaturas y los intensos vientos
helados del norte. Para enero 3 del 2013, se reportó un foco de Influenza Aviar
de Alta Patogenicidad (IAAP) en dos granjas de gallinas de postura, no
vacunadas en el Estado Aguascalientes, las cuales fueron inmediatamente
cuarentenas y sacrificadas y los dos focos fueron declarados como cerrados. Semanas
más tarde, la noche del miércoles 23 de febrero, empezamos nuevamente a recibir
reportes de altas mortalidades, pero ahora, sorprendentemente, en parvadas de
reproductoras pesadas localizadas en el Estado de Guanajuato, ubicado al
sureste de Jalisco.
La segunda oleada
Para fines de marzo del 2013, 3.7 millones de aves habían
sido sacrificadas, entre ellas, 847,000 reproductoras pesadas, 1,9 millones de
pollos de engorde y 918,000 gallinas de postura. Buscando la contención de esta
nueva oleada, se aplicaron 131 millones de dosis de vacuna.
La tercera oleada
El miércoles 8 de mayo, se reportó la presencia del virus de
Influenza Aviar de Alta Patogenicidad A/H7N3 virus, en una granja con 55 mil
gallinas de postura en Palmar de Bravo, situado aproximadamente a 45 km de distancia de Tehuacán,
Puebla. El Estado de Puebla es el segundo productor nacional de huevo de México
con una población grosso modo, 30 millones de gallinas ponedoras y de pollo de
engorde.
Esta era una situación extremadamente peligrosa, pues Tehuacán,
es la puerta de entrada al sur de México, a pesar de que hay 800 kilómetros de
distancia a la frontera con Guatemala y por la alta posibilidad de una
infección por IAAP de la industria avícola guatemalteca durante los próximos
meses.
Todas las acciones y medidas sanitarias de bioseguridad,
movilización, desinfección y de contingencia sanitaria, deben ser tomadas, con
el objeto de evitar la contaminación de la Industria Avícola
de Centro América.
RECOMENDACIONES
¿Que deben aprender otras naciones de la dolorosa y dura experiencia
mexicana?
Todos los países y todas las industrias avícolas de este
planeta, deben tomar en consideración seriamente los conceptos y acciones
descritas a continuación:
Las experiencias más traumáticas y dolorosas, dejan siempre,
una considerable cantidad de conocimientos e enriquecedoras lecciones que al
final resultan difíciles de olvidar.
Acciones a tomar para
prevenir y evitar la presencia de un brote de Influenza aviar
¡Regresando a las bases!
Acciones simples olvidadas muy a menudo, tales como:
1.- Limpieza y medidas higiénicas que constantemente dejamos
a un lado, debido al exceso de trabajo o porque el veterinario, el gerente o el
productor se ven obligados a ahorrar dinero para reducir costos.
a) Palabras mágicas como son: “mucha agua y mucho jabón”
b) Empleo racional de desinfectantes y métodos de
desinfección
c) Respeto a la disciplina y buena planificación del tiempo
de vacío sanitario entre parvada y parvada de pollo y de polla de reemplazo.
2.- Aplicar Buenas Prácticas de Producción:
a) Planificación
b) Organización
c) Buen Orden
d) Disciplina
e) Control y
Seguimiento
3.- Implementar el sistema: “Todo Adentro. Todo
Afuera”
Si es posible manejar, una sola edad en cada granja de pollo
de engorde. Intentar hacer lo mismo en granjas de postura, sin embargo, debido
a las características de esta actividad es difícil alcanzar este objetivo.
4.- BIOSEGURIDAD: Debe ser vista como una inversión y no
como un gasto. Las medidas de seguridad biológica, recompensan grandemente el
esfuerzo, tiempo y dinero invertidos.
5.- Desarrollo de un Manual Operativo de Bioseguridad, adaptado
para el uso interno de cada granja o empresa avícola, que pueda ser usado para
medir y calificar el NIVEL DE BIOSEGURIDAD de cada galpón y de cada granja avícola
(pollo, ponedoras y reproductoras), plantas de incubación, fábricas de
alimento, mataderos, etc.
6.- Control de todos los movimientos de entrada y salida de
todo tipo de artículos avícolas,
personal y todo clase de coches, camiones, cama (pollinaza y gallinaza) y
artículos. Prestar especial atención en el control de la movilización del
alimento, huevos fértiles, camiones de gas y conductores.
7.- Un gramo de excremento procedente de un pollo o de una
gallina infectada, contiene millones de partículas de virus de Influenza Aviar.
Evitar el movimiento de pollinaza y de gallinaza y su comercialización.
Movilizar solamente si el excremento, ha sido tratado térmicamente antes de ser
vendido para se uso como fertilizante de campos agrícolas y para la
alimentación de ganado bovino en corrales de engorda.
8.- En el día a día, la gente se convierte en verdaderos fómites
humanos, que trasmiten patógenos y enfermedades infecciosas: empleados,
trabajadores de los equipos vacunación, etc.
9.- Evitar la presencia de vendedores y promotores de
productos y servicios en la puerta de la granja.
10.- Controlar y evitar la construcción de nuevas granjas o
cualquier tipo de instalaciones relacionadas a la producción animal (mínimo a 5
kms.)
11.- Cumplir cabalmente con el “Manual de Buenas Prácticas
de Producción Avícola”, durante 24 horas, cada día, a lo largo de todo el año.
12.- Evitar la concentración excesiva de granjas en una zona
geográfica determinada y detener todo tipo de construcción avícola y nuevas
unidades de producción en dicha zona.
13.- Desarrollar un mapa detallado con apoyo de
referenciación satelital de carreteras y caminos, de la zona avícola en donde se
encuentren la granja o las granjas, para implementar un control del movimiento
de vehículos y camiones, en caso de una emergencia sanitaria.
14.- Control de la población de aves silvestres por medio de
hisopados cloacales y traqueales y tomas de sangre, en caso de la existencia de
cuerpos de agua y lagunas cercanas a las granjas, a donde lleguen aves
migratorias durante la época invernal.
15.- Desarrollar una relación de trabajo confiable y
armónica con las autoridades oficiales sanitarias veterinarias del país.
16.- En colaboración con las autoridades oficiales
sanitarias veterinarias de cada país, planificar y llevar a cabo, acciones
obligatorias de vigilancia epidemiológica pasiva y activa, por medio de
hisopados cloacales y traquéales para aislamiento viral y pruebas de RT-PCR.
17.- ANÁLISIS
DE RIESGO. Establecer e
implementar una programa de Análisis de Riesgo, con personal entrenado.
18.- COMUNICACIÓN.
Comunicar y manejar
adecuadamente a los medios de comunicación: TV, Radio y Prensa Escrita. Es
necesario designar a dos voceros
oficiales para los comunicados de prensa, una vez al día, uno por parte
del sector oficial, y otro, por parte de la Asociación Nacional
de Avicultores del país. Nadie más, que no este autorizado, podrá hacer
declaraciones públicas.
19.- CUARTO
DE GUERRA. Establecer
un cuartel general en una casa o edificio, como Centro de Manejo de Emergencias.
20.- Todo país rico o pobre, debe desarrollar y crear una
POLÍTICA DE COMPENSACION AL PRODUCTOR, a través de un fondo privado de
emergencia de recursos monetarios para compensar al avicultor o productor
pecuario, con el objeto de motivarlo a reconocer y declarar a las autoridades oportunamente
dentro de los primeros tres días, cualquier sintomatología extraña o alta
mortalidad, en sus parvadas u otro tipo de animales productores de alimento.
21.- Una epizootia de Influenza Aviar, debe ser considerada
como una catástrofe natural, es decir, como si fuera un terremoto,
inundación o tsunami, con el objeto de
tener acceso inmediato a los recursos de emergencia del gobierno estatal
o federal.
22.- Crear con la colaboración internacional, un sistema de
coordinación entre la OIE,
la FAO y la OMS, junto con los ministerios
de Agricultura y Ganadería de cada país, un esfuerzo sin precedentes, para desarrollar
un banco mundial de reserva de vacunas inactivadas oleosas elaboradas con los
subtipos de Influenza Aviar, H5 y H7 y eventualmente con H9 y una cepoteca
mundial de virus de Influenza Aviar.
23.- Extender y ampliar la red de Laboratorios de Referencia
de Influenza Aviar de la OIE,
en el mundo y en países estratégicos, como en este caso, México, con la
colaboración de los gobiernos nacionales de los cinco continentes.
24.- Entrenar y capacitar periódicamente a través de cursos
básicos de enseñanza impartidos a trabajadores de granjas y al personal
veterinario en producción y en el campo de las principales zonas avícolas de
cada país.
25.- Crear e imprimir boletines informativos sobre Influenza
Aviar para propietarios de aves de traspatio y de gallos de pelea.
Reconocimento
Deseo reconocer el extraordinario
esfuerzo llevado a cabo por las autoridades sanitarias veterinarios mexicanas,
a los productores avícolas y al Corpus Veterinarius of Jalisco, Aguascalientes,
Guanajuato, Puebla y de México.