La producción de carne de pollo será la que aumente más
rápido en la próxima década, un 0,8% al año, hasta los 13,6 millones de
toneladas; mientras que la de cerdo seguirá siendo la preferida de los
europeos, con un crecimiento del 2,8% anual hasta los 23,4 millones de
toneladas.
El análisis de la Dirección General de Agricultura del Ejecutivo Comunitario reveló que los precios se mantendrán fijos gracias al aumento de la demanda de alimentos a nivel mundial y a un incremento de la productividad, acompañado del desarrollo del sector de biocombustibles, que se espera sea el motor de la demanda a nivel europeo.
En el mercado interior, la demanda aumentará sobre todo por
la necesidad de producir biocombustible, una fuente de energía alternativa que la
CE quiere
impulsar hasta conseguir un aumento de 8,5% en el 2020.
El aumento de la producción, sin embargo, dependerá de la
mejora de las cosechas, ya que se espera que la superficie cultivable disminuya
ligeramente.