"Este caso no tiene nada de sorprendente y no debe hacer crecer la
alarma, pero debe recordar al mundo que no hay que bajar la guardia”, señaló el
Jefe del Servicio Veterinario de la
FAO , Juan Lubroth.
"Los seres humanos que enferman de gripe A(H7N9) no suponen una
amenaza para las poblaciones de aves de corral”, subrayó Lubroth. "De
hecho –añadió-, no tenemos ninguna evidencia de que las personas afectadas
puedan transmitir el virus a otras especies, incluyendo las aves. El mayor
riesgo de transmisión del virus es el comercio incontrolado de aves vivas entre
las áreas afectadas y las no afectadas”.
Las personas, en cambio, se infectan tras un contacto cercano con aves de corral vivas infectadas, principalmente en los mercados de aves vivas o cuando éstas se sacrifican en el hogar.
Las personas, en cambio, se infectan tras un contacto cercano con aves de corral vivas infectadas, principalmente en los mercados de aves vivas o cuando éstas se sacrifican en el hogar.
Las evaluaciones
de riesgos realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), muestran que si
las personas infectadas de zonas afectadas viajan de un país a otro, la
propagación a nivel comunitario es poco probable, ya que el virus no tiene la
capacidad de transmitirse fácilmente entre humanos.
Lubroth indicó que “estos casos humanos importados, como el ocurrido en Malasia la semana pasada, ya se han producido en el pasado en zonas no afectadas de China, como Guizhou, la provincia china de Taiwán y Hong Kong, y que es probable que los veamos de nuevo en un futuro no muy distante. Hasta la fecha, el virus no se ha encontrado en poblaciones de aves de corral fuera de las zonas afectadas en China”.
Las aves que han contraído la gripe A(H7N9) no muestran signos clínicos, lo que hace más difícil la detección temprana del virus en las poblaciones de aves de corral.
Una de las principales recomendaciones es concentrar la vigilancia en los puntos críticos en donde puede introducirse, lugares donde haya comercio directo o indirecto de aves vivas con las áreas infectadas. Con el fin de reducir la exposición humana en general a los patógenos zoonóticos, deben introducirse o reforzarse las medidas de bioseguridad en los mercados de aves vivas, incluyendo la limpieza y la desinfección frecuentes, estableciendo días de descanso sin presencia de aves de corral y aplicando normas adecuadas de higiene.
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