La entrega del premio IPAE al empresario del año es una de
las pocas veces que se reconoce el gran aporte que hacen los empresarios a la sociedad. El premio
de este año a Estuardo Masías Marrou se dio a quien es un ejemplo de empresario tenaz y consciente.
Aunque es poco conocido por el gran
público, desde hace más de 50 años el Instituto
Peruano de Acción Empresarial (IPAE)otorga anualmente el premio a un empresario distinguido. Así reconoce a
los creadores y conductores de empresas que, con su buen desempeño
institucional y personal, aportan al bienestar general de los peruanos.
(Rolando Arellano para El comercio)
“Este año se entregó al ingeniero Estuardo Masías,
dirigente de la agroindustria y de la avicultura, ejemplo de esfuerzo y de
adaptación a las circunstancias difíciles, cuya historia refleja el devenir
productivo del campo en el Perú. Ese campo que se destruyó con la
reforma agraria de Velasco, tuvo después muchos años de precariedad y luego
empezó a crecer con los emprendimientos de la agroindustria para exportación y
consumo interno.
En él se reconoce (junto con Rosario Bazán, de
Danper, hace 3 años) a aquellos que hicieron renacer nuestro campo, generan
trabajo digno para miles de peruanos, traen divisas para nuestra estabilidad
monetaria, y nos permiten sacar el pecho al saber que el Perú es uno de los grandes exportadores
mundiales de espárragos, paltas y arándanos. Y en él también se reconoce a los empresarios avícolas (creó La Calera,
uno de los más grandes productores de huevos del mundo), que alimentan a
millones de peruanos.
En este caso, debe remarcarse el espíritu que los
guía, pues, en lugar de la queja, ven en la adversidad una ocasión de cambio y
de mejora. Así, en su discurso de agradecimiento, el ingeniero Masías señaló
que la reforma agraria, que eliminó los latifundios de antes, le hizo ver que
de allí en adelante los trabajadores eran sus socios y deberían ser tratados
como tales. Y que hoy se enorgullece de que sus principales técnicos y
administradores sean los hijos educados de los trabajadores agrícolas de antes.”
Fuente: El Comercio