El Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal de México indicó que esto se deberá al impacto de la epidemia en los ingresos de las familias.
El consumo de pollo y el huevo se incrementarían en caso de un fuerte impacto económico en los ingresos de las familias mexicanas, estimó el Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal (CONAFAB).
Durante los últimos años, la avicultura mexicana ha registrado un dinamismo por arriba del crecimiento poblacional y de la media del Producto Interno Bruto (PIB).
“México es el primer consumidor de huevo en el mundo, ya que cada habitante consume 23,3 kilos al año, mientras que en la carne de pollo el consumo alcanza los 33 kilos, lo que refleja que es un sector de bienestar para las familias mexicanas”, indicó Arturo Calderón Ruanova, presidente ejecutivo de la Unión Nacional de Avicultores (UNA).
De acuerdo con datos del Inegi, los niveles de precios de estos productos muestran resultados divergentes.
Huevo sube
Por una parte, el precio del huevo comenzó a dibujar una trayectoria a la baja, luego del fuerte incremento de 43,5 por ciento registrado durante los primeros quince días de abril, pero aún así, los precios actuales siguen siendo superiores a los observados hace un año. Tan solo en la primera quincena de mayo, la inflación de este producto fue de 31,3 por ciento a tasa anual.
Pollo Baja
En tanto, el precio del pollo reportó una disminución de 7,1 por ciento anual durante la primera mitad de mayo, lo que representó su mayor reducción desde enero de 2016, debido al cierre del consumo fuera del ámbito doméstico.
“La nutrición y salud animal de estas especies son uno de los factores clave para garantizar la seguridad alimentaria y progreso de la industria, ya que contribuye a la salud humana al proporcionar proteína de calidad para su consumo cotidiano”, expresó Genaro Bernal, Director General de Conafab.
A su vez, el presidente de la UNA agregó que, actualmente, se han implementado diversas estrategias en granjas y oficinas para no interrumpir los procesos productivos del huevo y el pollo.
La nueva normalidad podría resultar en una mayor ingesta de estos productos una vez que las personas puedan salir de nuevo de sus hogares, debido a que buscarán volver a los hábitos alimenticios previos a la pandemia.
“Por tal motivo, se deberán hacer ajustes basados en la valoración de la nueva demanda y también, a consecuencia de una baja de ingresos o el desempleo”, dijo Calderón Ruanova.
Ambos directivos tienen pronósticos reservados respecto al impacto que tendrá la pandemia en la avicultura durante el resto del año, aunque la industria se encuentra trabajando para mitigar los efectos negativos del virus.
Fuente: El Financiero