Por:
Olga Averkiev y
Radka Borutova Nutriad International (EMPRESA DISAN)
La
bioinactivación natural es una compleja mezcla de diferentes procesos que
pueden ocurrir simultáneamente para proporcionar defensa frente a una amplia
variedad de micotoxinas.
Las micotoxinas son
sustancias tóxicas que se encuentran en los piensos y que representan un
considerable riesgo sanitario para los animales de granja y de compañía.
Principalmente, la exposición a las toxinas tiene lugar por la ingestión de
pienso contaminado. Las micotoxinas están producidas por mohos toxigénicos que
pueden contaminar el alimento en las distintas fases de su producción y
procesamiento, desde el cultivo hasta el transporte y el almacenamiento. En
general, las micotoxinas son muy resistentes, por lo que pueden persistir en el
alimento incluso después de que se hayan eliminado los hongos.
Un riesgo invisible con un impacto
impredecible
Los signos clínicos de la
intoxicación por micotoxinas se denominan micotoxicosis y predominan en ciertos
órganos como el hígado, los riñones, el tejido epitelial y el sistema nervioso
central, dependiendo del tipo de toxina. Desafortunadamente, la mayoría de los
efectos negativos de las micotoxinas en la producción avícola moderna se
manifiestan a nivel subclínico, lo que hace que el diagnóstico sea
extremadamente difícil o que no sea posible. Además, es común que dos o más
micotoxinas puedan presentarse al mismo tiempo y se puedan potenciar sus
efectos tóxicos entre animales susceptibles.
“La bioinactivación natural
de micotoxinas tiene lugar en el tracto gastrointestinal y en el hígado y es
una consecuencia de la acción de la microflora gastrointestinal y enzimas
tisulares”.
El poder de la bioinactivación natural
Comúnmente la bioinactivación natural
de micotoxinas tiene lugar en el tracto gastrointestinal y en el hígado y es
una consecuencia de la acción de la microflora gastrointestinal y enzimas
tisulares. En general, los efectos negativos de una micotoxina en el cuerpo de
un animal dependen de la extensión y el ritmo de absorción por parte del tracto
gastrointestinal, su distribución, su unión o localización en los tejidos, su
biodegradación y su proceso de excreción. La bioinactivación natural es una
compleja mezcla de diferentes procesos que pueden ocurrir simultáneamente para
proporcionar defensa frente a una amplia variedad de micotoxinas.
En el tracto
gastrointestinal se encuentran bacterias, levaduras y protozoos que tienen la
habilidad de bioinactivar micotoxinas de la familia de los tricotecenos
transformándolos en metabolitos no tóxicos o menos tóxicos. La bioinactivación
también puede ocurrir con otros tipos de micotoxinas cuando son adsorbidas en
la superficie de bacterias probióticas. En avicultura, la toxina T-2 es
normalmente metabolizada y eliminada después de su ingestión. Este proceso
tiene lugar en el buche, el intestino delgado y el hígado en los que la
hidrólisis, la hidroxilación,
la de-epoxidación y la
conjugación producen más metabolitos diferentes. Los metabolitos típicos de la
toxina T-2 son a menudo la toxina HT-2 y la toxina de-epoxi HT-2.
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La
inactivación de las micotoxinas es una inversión, no un coste
Los aditivos alimentarios con efectos
antimicotóxicos selectivos que se activan directamente en el organismo del
animal pueden considerarse la solución óptima para las micotoxinas en
avicultura. Estos aditivos se caracterizan por las siguientes propiedades:
rápida unión a las micotoxinas adsorbibles, estabilidad a diferentes niveles de
pH, termoestabilidad en condiciones de peletización o extrusión, no actividad
de unión con vitaminas, micro y macronutrientes, y efectivos a bajas
concentraciones en el alimento. Como desactivadores de micotoxinas individuales
tienen sus propias fortalezas y debilidades, por lo que lo que se está
convirtiendo en una solución efectiva ampliamente aceptada es la estrategia de
combinar compuestos con diferentes modos de acción.
Resultados
1. La
dieta contaminada con micotoxinas (toxina T-2, OTA y FUM) presentó menor
digestibilidad y utilización de los nutrientes, por lo que se redujo el
rendimiento del animal y aumentó la mortalidad de las aves (tabla 2). 2. La
inclusión de un producto desactivador de micotoxinas en el alimento contaminado
con micotoxinas redujo la mortalidad de las aves comparado con el gurpo
control, aumentó el consumo diario, aumentó la ganancia de peso diaria y mejoró
el índice de conversión (figuras 1, 2 y 3).
Conclusión
El análisis de los datos
obtenidos en el experimento (digestibilidad de los nutrientes, peso vivo e
índice de conversión) confirma que la inclusión de un producto desactivador de
micotoxinas en un alimento contaminado disminuye los efectos negativos de las
micotoxinas presentes resultando en la productividad relativa de los broilers
en los grupos experimentales superaba a las del grupo control. Los resultados
del estudio indican que una neutralización y control continuos, específicos y
efectivos de micotoxinas ofrecen una oportunidad para una mejora significativa
de la salud animal, rendimiento, productividad y beneficio.