El Perú se suma a la carrera por desarrollar una vacuna eficaz y segura para combatir la pandemia global causada por el nuevo coronavirus.
En el mundo, más de 30 equipos de científicos trabajan día a día para conseguir una vacuna contra el COVID-19, la enfermedad convertida en pandemia que ya se ha cobrado la vida de más de 45.000 personas.
El Perú se suma a estos esfuerzos globales contra el nuevo coronavirus. Investigadores de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y la empresa peruana Farvet ya iniciaron el diseño de una vacuna recombinante y esperan tener, en el mejor de los casos, un producto que pueda comercializarse en unos 18 meses.
“Nosotros no queremos esperar a que lo hagan otros países. Por eso, hemos decidido poner a nuestros científicos a desarrollar una vacuna contra el COVID-19 basada en el dominio S1 de la proteína spike, expresada con la glicosilación adecuada. Esta es una proteína 100% segura, ya que solo contiene una parte de una proteína del virus. Específicamente, esta vacuna busca frenar el ingreso del virus a las células humanas mediante un ataque por anticuerpos específicos. Nosotros vamos a dar los primeros pasos en laboratorio, y las pruebas en animales y humanos las harán entidades extranjeras con las que ya tenemos contacto”, explica a El Comercio el doctor Manolo Fernández, CEO de Farvet, una firma que tiene experiencia en el desarrollo de vacunas veterinarias, entre ellas una contra un coronavirus que afecta a aves.
Dr. Manolo Fernandez (uniforme celeste) y el equipo de Farvet
El equipo, conformado por unos 15 biólogos moleculares de Farvet y la UPCH, espera tener el primer lote de vacunas en menos de dos meses. Luego de pruebas en ratones y monos, se aplicarán en humanos voluntarios y sanos, para evaluar la seguridad de la vacuna.
¿Cómo funciona?
El SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad COVID-19, tiene una estructura básica formada por ARN, con las instrucciones para infectar las células, y unos “brazos” con los que se agarra a ellas. Cuando el patógeno logra unirse a la célula, entonces ingresa y comienza a replicarse.
La vacuna que los investigadores peruanos están diseñando busca evitar que el virus se pegue a la célula humana. Para ello, necesitan obtener anticuerpos que reaccionen ante la proteína que contiene estos “brazos” del coronavirus.
“El ‘brazo’ del virus tiene al final una ‘antenita’ que está formada por un dominio proteico llamado spike S1. Esos terminales del virus son los que se pegan a los receptores de la célula humana”, detalla Fernández.
Los investigadores deberán obtener proteínas S1 inocuas que, al ser inoculadas en un ser vivo, generan una respuesta inmune. Así, en caso una persona llegue a contagiarse con el COVID-19 y cuente con esta vacuna, ya tendrá anticuerpos que eviten que el virus se una a las células y las infecte.
Para obtener dichas proteínas, los científicos peruanos aplicarán la tecnología de manejo de baculovirus, que consiste en infectar a células de insectos con virus de insectos modificados.
“El baculovirus ingresará a las células de insecto en un cultivo controlado, en donde se va a producir esa proteína en grandes cantidades. Luego, con los equipos de cromatología, vamos a purificarla: eliminamos a la célula del insecto, eliminamos al baculovirus y nos quedamos con la proteína S1”, añade.
“Esa proteína purificada es la que se prueba al inocular a humanos y vemos si producen anticuerpos neutralizantes contra el virus”, afirma Fernández, quien detalla que se probarán varios adyuvantes, que hacen más efectiva la respuesta inmune, y se elegirá la combinación más efectiva.
Mirko Zimic, jefe del laboratorio de Bioinformática, Biología Molecular y Desarrollos Tecnológicos de la Facultad de Ciencias de la UPCH y coordinador del proyecto, dice a este Diario que esta vacuna tiene un diseño similar a la prueba actualmente en humanos el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de EE.UU. y la compañía de biotecnología Moderna INC.
“La vacuna de Moderna usa la glicosilación humana [modificación de proteínas mediante la incorporación de carbohidratos] y nuestra vacuna de FARVET usa la glicosilación dada por las células de insecto. Los patrones de glicosilación de ambas especies son suficientemente similares. Eso nos hace pensar que cuando se tengan ambas vacunas deben funcionar de una manera bastante similar”, detalla Zimic.
Dr. Mirko Zimic con el equipo que trabajan en la UPCH
“Entonces, las probabilidades de éxito de esta vacuna diseñada en el Perú son muy altas”, añade.
Pruebas en animales y humanos
El equipo peruano ya tiene el modelamiento computacional de la vacuna, al analizar los diversos genomas de COVID-19 disponibles públicamente, y están a la espera de la llegada de diversos materiales para la producción de la proteína. “En un lapso de 45 días debemos tener todas las proteínas listas y en 15 días más ya debemos saber si esta vacuna puede servir”, señala Fernández.
De cumplir con las expectativas y con la aprobación del comité de ética de la UPCH, se pasará a las pruebas en animales (ratones y monos) y luego en humanos. Esperan comenzar a trabajar en animales en un tiempo no mayor de 60 días. La fase en animales, que buscará comprobar que estos no se enfermen y generen inmunidad contra el virus, durará unos 60 días también.
Las primeras pruebas se realizarán en ratones
Luego, las pruebas de seguridad e inmunogenicidad en un grupo de unos 400 voluntarios humanos tendrían una duración similar. En este último caso, se necesitaría la aprobación de un nuevo comité de ética.
Zimic refiere que, en caso obtengan resultados satisfactorios en la primera fase, las pruebas en la segunda y tercera fase dependerán de una colaboración con alguna farmacéutica transnacional, ya que estas son muy costosas. Apuntarán también a recibir el financiamiento que el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) ha destinado para investigaciones sobre el COVID-19.
“Como peruanos muchas veces esperamos que las soluciones vengan de fuera. A nadie se le hubiera ocurrido que una vacuna se quiera producir en el país. Qué locura, dirían algunos. Si no comenzamos a hacerlo, jamás vamos a comenzar algo grande. Esta es una esperanza. Nos anima e inyecta de energía diariamente, la esperanza de poder salvar miles de vidas de peruanos y de todo el mundo”, finaliza Zimic.
Fuente: El Comercio